La Mujer en la Ndrangheta


Las mujeres tienen en la `Ndrangheta un rol clave. A diferencia de Cosa Nostra, están muy metidas en los negocios de las familias calabresas. "A ellas les toca vigilar el curso de las extorsiones y cobrar las coimas -una suerte de impuesto que obligan a pagar en pequeños pueblos a comerciantes y campesinos-, dar apoyo logístico en las acciones riminales, mantener los contactos con los capos detenidos y con los prófugos", señala un informe de la Comisión Antimafia. Además, ellas son las titulares de las propiedades, algo que imposibilita su secuestro.

Además de las mujeres, otro de los puntales de la mafia calabresa es su nexo con los carteles colombianos. ¿Por qué los calabreses han superado a sus colegas sicilianos, pasando a tener el monopolio del tráfico internacional de cocaína? "Porque se trata de una organización que, ante los ojos de los colombianos, es mucho más confiable", explica el fiscal de la dirección antimafia de Reggio Calabria, Nicola Gratteri. "El otivo principal de su confiabilidad es que la `Ndrangheta no resultó afectada por el fenómeno de los arrepentidos; en los 90 hubo unos 400 arrepentidos entre los afiliados de Cosa Nostra (mafia siciliana) y de la Camorra (mafia napolitana), mientras que en Calabria sólo tuvimos 40, casi todos figuras de segundo plano", agrega.

Tanto respeto se ha ganado la criminalidad calabresa que hasta pasó a funcionar como una suerte de salvoconducto para otras mafias que aún negocian con narcos colombianos. Sucedió con un mafioso siciliano, que con su retórica y métodos no logró convencer a traficantes locales, que entonces decidieron secuestrarlo y mantenerlo como rehén. Hasta que llegó un poderoso calabrés de la `Ndrangheta, que intercedió y logró que lo liberaran.